Cuando uno decide casarse, se construye en la mente la idea de lo que querrÃa que fuera su boda. En base a eso empieza a materializar, en la medida de lo posible, cada detalle que formará parte de ese dÃa. En mi caso os diré que tuve claro desde el principio muchas de las caracterÃsticas, y otras las fuimos decidiendo a medida que se nos fueron presentando, pero los dos coincidimos en que querÃamos una boda sencilla, pequeña y que reflejara nuestra personalidad. Y cuando llegó el momento de elegir los regalitos que darÃamos a los invitados, era evidente que los harÃa yo a mano, porque creo que, gustándome las manualidades, es la mejor manera de dar las gracias a las personas que comparten contigo ese dÃa tan especial.
No me costó mucho decidir qué es lo que Ãbamos a hacer, ya que al ser una boda en la sierra con cierto aire rústico, el tema pizarras y rafia, que tan de moda está, tenÃa que estar presente. Además querÃamos un regalo útil, e igual para hombres y mujeres. Una taza parecÃa la mejor opción, y una taza con pizarra era ya perfecto. Es cierto que las venden para bodas ya hechas, pero no encontré ni un solo modelo que me gustara, se veÃan todas en serie tipo publicitario y algunas de colores chillones que no iban para nada con el estilo de la boda. Asà que la mejor forma de tener unas tazas a tu gusto es hacerlas uno mismo. Hay infinidad de tutoriales por Internet que habÃa visto muchas veces, y aunque nunca habÃa hecho nada parecido, no tenÃa por qué salir mal.
Para ello buscamos por Internet un modelo que fuera económico y que estéticamente tuviera algo diferente, y dimos con el modelo Färgrik de Ikea. En un principio compramos una única taza para hacer la prueba y asà decidir si era factible realizarla 60 veces más. Compramos también la pintura, una especial para vidrio y porcelana que encontramos en Bricor. Concretamente usamos la de la marca Gloss Enamels y con un bote de 118 ml tuvimos suficiente para hacer todas las tazas. El resto de materiales son fixo y una espátula de goma-espuma para pintarlas.
Empezamos colocando la cinta de fixo delimitando la zona de la taza que querÃamos pintar. Este paso sin duda fue el más complicado por la forma curva de la taza que elegimos, pero con paciencia conseguimos que quedaran todas parecidas. Para este tipo de trabajo funciona mucho mejor el fixo que la cinta de carrocero por ejemplo, ya que el borde al retirarlo queda mucho mas pulido.
Una vez colocado el fixo con cuidado para que no se cuele la pintura, empezamos a pintar. Al igual que con el fixo, por aquello del ensayo y error, os recomiendo que en vez de una brocha utilicéis una espátula de goma-espuma porque no se notan tanto los brochazos y el resultado queda mas "profesional".
Dejamos secar la primera mano y damos una segunda capa para tapar cualquier hueco de la taza que haya quedado. Esta pintura seca bastante rápido, lo que hizo mas llevadero el trabajo en serie.
Una vez aplicada la segunda mano de pintura y antes de que seque del todo, retiramos las cintas de fixo, y el resultado es bastante bueno para ser algo casero y handmade.
Si el fixo no es de buena calidad, al retirarlo puede dejar restos de pegamento, pero es algo que se soluciona con un bastoncillo impregnado en alcohol. Al igual que si quedan restos de pintura, es fácil repasarla con paciencia.
Cuando tenÃamos una buena tanda de tazas pintadas, las dejábamos secar 24 horas y por último hacÃamos el paso final que es hornearlas. Esto es necesario en este tipo de manualidad si queremos que luego la taza pueda meterse en el lavavajillas y microondas. Basta con media hora de horneado a 165º, pero no hay que precalentar el horno, sino meter las tazas y encender el horno a dicha temperatura para que la pintura se cueza poco a poco.
Cuando tuvimos todas las tazas listas vino lo más divertido, envolverlas. Para completarlas introducimos en cada una de ellas una bolsita con 5 Tejas Dulces de Sevilla, una especie de pastas de almendra que venÃan de perlas para acompañar a las tazas. Además también anudamos una tiza al asa, las introducimos en bolsitas y las decoramos con una etiqueta impresa con el sello de nuestra boda.
Mi intención en un primer momento era personalizarlas con mensajes para cada uno de los invitados, pero me fue imposible que me saliera una letra decente que no desmejorara el resultado final, asà que olvidamos la idea :). Pero para bodas pequeñas como la nuestra me parece un detalle precioso la verdad.
¿Qué os ha parecido? ¿Os gusta como regalillo en una boda? ¿Queréis mas entradas como ésta?
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